Aspectos éticos en el empleo de las células madre
Ethical aspects in the use of stem cells
Prof.
Porfirio Hernández Ramírez
Resumen
En los
animales superiores, las células madre pueden ser embrionarias y somáticas
o adultas, según su estado evolutivo. En la actualidad se mantiene una
extraordinaria polémica sobre qué células madre utilizar: las embrionarias o
las adultas, debate en el que se han incluido aspectos científicos, éticos,
religiosos, sociales y políticos. Un aspecto del debate científico está
relacionado con la capacidad generativa de tumores por las células
embrionarias. También se ha señalado que los beneficios de las células
embrionarias se han exagerado y que en su lugar podrían utilizarse células
madre adultas, con las que no existen restricciones éticas ni se ha comprobado
la generación de tumores. Desde el punto de vista ético, se ha argumentado que
el uso de las células madre embrionarias humanas implica la
destrucción de embriones y se ha considerado que la vida comienza en el mismo
momento de la unión del espermatozoide con el óvulo. Lo que equivaldría a la
destrucción de una vida humana, algo no justificable. Otros no están de acuerdo
con estos criterios, y plantean que su uso para salvar vidas mediante la
investigación o la terapéutica estaría justificado. Recientemente
se ha logrado la obtención de células madre embrionarias denominadas
“células madre éticas”, pues este nuevo método eliminaría el dilema ético
de destruir embriones. Algunos han planteado que estos resultados son
preliminares, posiblemente exagerados, y la eficiencia del método es muy baja.
Otros señalan que resulta más ético trabajar con embriones que de todas formas
se van a destruir.
Palabras
clave: ética,
células madre, clonación, partenogénesis, teratomas.
Summary
In the superior animals, the stem cells may be embryonary and somatic,
or adults, according to their evolutive state. At present, there is an
extraordinary polemic about the stem cells that should be used: the embryonary
or the adults. Scientific, religious, social and political aspects have been
included in this debate. An aspect of the scientific discussion is related to
the tumour-producing capacity of the embryonary cells. It has also been stated
that the benefits of the embryonary cells have been exaggerated, and that adult
stem cells should be used instead, since they do not have ethical restrictions
and do not generate tumours. From the ethical point of view, it has been
explained that the use of human embryonary stem cells leads to the destruction of
embryos and, as it is considered that life begins in the very moment the
spermatozoid joins the ovule, it would mean the extermination of a life, which
is something intolerable. Others do not agree with this criterion and express
that their use to save lives by investigation or biopsy would be justified.
Recently, there have been obtained embryonary stem cells so-called
“ethical stem cells”. This new method would eradicate the ethical dilemma of
destroying embryos. Some have stated that these are preliminary and possibly
exaggerated results, and that the efficiency of the method is very low, while
others say that it is more ethical to work with embryos that will be destroyed
anyway.
Key words: Ethics,
stem cell, cloning, parthenogenesis, teratomas
En los
últimos años se han logrado nuevos conocimientos sobre las células madre y su
capacidad de convertirse en células de diferentes tejidos, lo que ha dado lugar
al nacimiento de un nuevo tipo de terapia celular: la terapia celular
regenerativa, que es uno de los temas más excitantes de la medicina
contemporánea.1 Estos nuevos conocimientos han
dado un notable impulso a una nueva rama de la medicina denominada medicina
regenerativa, que se sustenta no solo en la terapia celular, sino también en la
administración de elementos subcelulares y en la ingeniería de tejidos,
conductas usadas para remplazar por células sanas a las células dañadas por
diversos procesos en determinados tejidos.
Entre las
enfermedades en que la terapia celular podría aportar posibles beneficios se
han señalado las cardiovasculares, las arteriopatías periféricas, enfermedades
neurológicas degenerativas, diabetes mellitus, enfermedades y lesiones óseas, y
lesiones de la córnea, entre otras. Así se ha planteado la
posibilidad de que el siglo XXI sea la era de la terapia celular.
Todos
estos conocimientos y posibilidades han atraído extraordinariamente la atención
no solo de la comunidad científica, sino también de la opinión pública en
general.
En este
artículo haremos énfasis fundamentalmente en los aspectos éticos relacionados
con el uso de las células madre, adelantando que la principal controversia
sobre esta acción tiene que ver fundamentalmente con la forma en que ellas son
obtenidas.
A
continuación se exponen algunos conceptos básicos que consideramos necesarios
para una mejor comprensión de los puntos y criterios que serán analizados.
Células madre
Los
términos aplicados en español para identificar a estas células han sido
variados. Inicialmente se utilizó el mismo término empleado en inglés: stem
cells, pero posteriormente se han introducido diversos nombres, entre ellos
los de células troncales, células tronco, células precursoras, células
progenitoras y células estaminales. De estos preferimos el de células madre.
Por otra parte, la célula progenitora o precursora puede considerarse una
célula que ya ha alcanzado una diferenciación parcial y ha perdido la capacidad
regenerativa propia de la célula madre.
Desde el
punto de vista de su capacidad reproductiva y funcional, las células madre se
han definido como aquellas que pueden dividirse para mantener simultáneamente
por un lado su autorrenovación, con producción de más células madre semejantes
a ella, y por otro lado, la generación de células hijas comprometidas con
diferentes linajes celulares que se diferencian en diversos tipos de células
especializadas. Además, se ha añadido su capacidad de
implantación persistente tanto en tejidos dañados como en sanos.2-5
En los
animales superiores, las células madre, según su estado evolutivo, pueden
ser embrionarias y somáticas o adultas.
Células madre embrionarias
Las
células madre embrionarias pueden ser de 3 tipos de acuerdo con su procedencia:
células madre embrionarias propiamente dichas, células madre germinales y
células madre de tumores de células germinales (teratomas y teratocarcinomas).
Las
células madre embrionarias propiamente dichas, o simplemente células madre
embrionarias, derivan del embrión de los mamíferos en su etapa de blastocisto y
poseen la capacidad de generar cualquier célula diferenciada en el
organismo.
Después
de la penetración del espermatozoide, el óvulo fecundado adquiere la condición
de cigoto, en el que durante su recorrido por la trompa de Falopio, se van
produciendo sucesivamente distintos períodos de división celular, lo que
se conoce como proceso de segmentación, y que aumenta rápidamente el número de
sus células, que reciben el nombre de blastómeras. Aproximadamente a los 3 días
el embrión tiene el aspecto de una esfera compacta que se denomina mórula, que
en su evolución pasa por una fase de 16 blastómeras, otra de 32 y una
final de 64 blastómeras. Si en cualquiera de las fases de segmentación se
extrae una blastómera, esta puede dar lugar a otro embrión. Alrededor de los 5
días comienza a introducirse líquido en el interior de la mórula para formar
una cavidad: el blastocele. En esta etapa, el cigoto se llama blastocisto y
posee en uno de sus polos una agrupación celular que recibe el nombre de masa
celular interna o embrioblasto, que forma una prominencia dentro del
blastocele. Las células que la integran dan origen a todos los tipos celulares,
sistemas, tejidos y órganos del individuo en formación. Además, tiene una capa
celular aplanada que recubre la cavidad del blastocisto y la parte exógena del
embrioblasto, y que se denomina masa celular externa o trofoblasto, de donde deriva
la placenta. Hacia el final de la primera semana del desarrollo, el blastocisto
humano ha comenzado su anidación en la mucosa uterina mediante la introducción
en esta de las células trofoblásticas que recubren el polo del embrioblasto.2,6-9
Un
aspecto que debe quedar bien esclarecido es que las células de la masa interna
no mantienen indefinidamente in vivo su capacidad de generación de
cualquier tipo celular, pues ellas se van diferenciando progresivamente en los
diversos tipos celulares durante la fase intrauterina del desarrollo. Sin
embargo, cuando se extraen de su ambiente embrionario natural y se cultivan in
vitro, sí son capaces de proliferar ilimitadamente y a su vez mantener su
potencial de generar células capaces de diferenciarse en cualquiera de los
tejidos del organismo. En este estado es que se califican como
células madre embrionarias.2
Algunos
científicos plantean 2 etapas en el desarrollo embrionario y utilizan el
término preembrión para referirse al embrión humano en la primera etapa de su
desarrollo, calificada como etapa preembrionaria o del embrión
preimplantatorio. Esta etapa abarcaría desde la primera división celular hasta
el inicio de su diferenciación celular, aproximadamente 7 días después de la
fecundación, período en que comienza a anidarse en la pared uterina, o bien
hasta su implantación completa que se produce hacia el día 14, momento que
coincide con la formación de la línea primitiva o cresta neural, esbozo del
sistema nervioso. Después de la formación de la cresta neural, el preembrión
pasaría a ser conocido como embrión, que ya en este estado no se puede
subdividir sin que esto cause su muerte.10
Sin
embargo, otras personas no aceptan esta clasificación y refieren que la etapa
embrionaria debe ser una sola, que se extendería desde la fertilización hasta
los 90 días de gestación, situación en que el embrión pasa a ser llamado feto.
Las
células madre germinales se localizan en la cresta germinal de los fetos, lugar
donde se produce la diferenciación de la línea germinal. Las células germinales
no inician la diferenciación sexual hasta la mitad de la gestación. Se conoce
que hasta ese momento mantienen capacidad de diferenciación hacia diferentes
líneas celulares. Tal como ocurre con las células madre embrionarias, ellas poseen
una gran capacidad proliferativa, que se hace evidente cuando se someten a
cultivo. Se ha señalado que en estas condiciones las células madre germinales
se mantienen viables solo durante 70 a 80 pases, pero tienen la ventaja que no
forman teratomas cuando se inyectan en ratones, por lo que pudieran representar
una fuente más segura de material trasplantable.2,10
Las
células madre de los teratomas y teratocarcinomas se localizan en estos tipos
de tumores gonadales. Dichas células derivan de células primordiales germinales
del embrión después de su implantación; estos tumores están conformados por una
gran variedad de estructuras celulares que incluyen células musculares,
cartílagos, huesos, dientes, epitelio y otras derivadas del endodermo,
mesodermo y ectodermo embrionario.10
Célula madre somática o adulta
Clásicamente
se ha definido como una célula especializada dentro de la organización de las
células de un tejido específico de un organismo ya formado, que está
restringida en su capacidad de diferenciación y es capaz únicamente de generar
células del tejido que representa, a las que debe recambiar de forma natural.4,5 Se ha sugerido que en su evolución, el organismo
sitúa en los tejidos células madre somáticas como parte de los mecanismos que
emplea para su renovación en condiciones fisiológicas o ante un daño hístico.
Diversas
informaciones han señalado la existencia de células madre adultas en varios
sitios del organismo, entre ellos médula ósea, sangre periférica, sangre del
cordón umbilical, cerebro, médula espinal, grasa, pulpa dentaria, vasos
sanguíneos, músculo esquelético, piel, tejido conjuntivo, córnea, retina,
hígado, conductos pancreáticos, folículo piloso, tejido gastrointestinal,
pulmón.2
Potencialidad celular
Tomando
en consideración su potencialidad de diferenciación, las células madre se han
estratificado en totipotentes, pluripotentes y multipotentes. Esta
potencialidad representa en determinadas condiciones la capacidad y posibilidad
de diferenciación celular dependientes de su estado de desarrollo.
Las
células madre totipotentes son aquellas que en las condiciones apropiadas son
capaces de formar un individuo completo, pues pueden producir tejido
embrionario y extra-embrionario. Así, en el ciclo evolutivo posfecundación, el
cigoto u óvulo fertilizado se considera una célula totipotente capaz de
dar origen a todo el organismo. Igual sucede con la etapa siguiente de mórula,
en que todas las células son totipotentes.
Las
células madre pluripotentes son las que tienen la habilidad de diferenciarse a
tejidos procedentes de cualquiera de las 3 capas embrionarias; aunque estas
células por sí solas no pueden producir un individuo, ya que necesitan el
trofoblasto, ellas sí originan todos los tipos de células y tejidos del
organismo. En esta categoría estarían las células provenientes de la masa
celular interna del blastocisto, las células madre germinales y las procedentes
de tumores de células germinales.
Se ha
comprobado que en cultivo, las células diferenciadas de un tumor de células germinales
mantenía la capacidad pluripotencial.9
En la
categoría siguiente estarían las células madre multipotentes, que se definen
como aquellas que tienen la capacidad de generar los distintos tipos de células
que componen el tejido al que pertenecen o residen.
Tradicionalmente,
las células madre adultas se habían ubicado en esta etapa de la evolución
celular. Sin embargo, en los últimos años, se ha hecho evidente que la
potencialidad de algunos tipos de células madre adultas es mayor que la que
habitualmente se le confería, pues se evidenció que podían diferenciarse en
tejidos derivados de cualquiera de las capas embrionarias, señalándose como el
caso más típico el de las células madre hematopoyéticas. Este fenómeno ha sido
calificado como versatilidad de las células madre adultas, tomando en cuenta la
flexibilidad que tienen algunas de ellas para formar células especializadas de
otros linajes. En este sentido se asemejarían a las células madre embrionarias.2,3,11,12 Estos hechos contradicen el dogma clásico en
biología celular acerca de la capacidad diferenciativa limitada de las células
madre adultas.
En la
actualidad se mantiene una extraordinaria polémica sobre qué células madre
utilizar: las embrionarias o las adultas, debate en el que se han incluido
aspectos tanto científicos como éticos, religiosos, sociales y políticos.13
Un
importante aspecto del debate científico está relacionado con la conocida
potencialidad teratogénica de las células embrionarias. Otra desventaja
atribuida a estas células es que constituyen un material alogénico y por lo
tanto, para su uso terapéutico se necesitaría el apoyo de un tratamiento
inmunosupresor. Se ha planteado que una posible solución para este problema
sería lo que se ha denominado clonación terapéutica, mediante la cual se hace
la transferencia de un núcleo de célula somática del propio paciente a un óvulo
desnucleado, con lo cual se crea un embrión derivado de una célula somática y
que se ha llamado embrión somático, que se lleva hasta la fase de blastocisto
para la obtención de las células embrionarias que se utilizarían en el propio
enfermo y que tendrían, por lo tanto, las características de células antólogas.2,5
También
se ha comentado que los beneficios de las células embrionarias se han exagerado
y que muchos de estos podrían obtenerse utilizando células madre adultas, con
las cuales no existen restricciones éticas ni se ha comprobado la generación de
tumores. En contra de esto, se ha expuesto que las células madre adultas son
menos prolíficas y versátiles que las embrionarias y que no está totalmente
demostrado que posean sus mismas características regenerativas.
Sin
embargo, los positivos resultados obtenidos en algunos ensayos clínicos con
células madre adultas, han abierto la posibilidad de un método de obtención
factible, más simple y menos costoso.
Sobre la
base de estos señalamientos, se ha sugerido que todavía es muy temprano para
definir la superioridad de unas células madre sobre las otras, por lo que las
futuras investigaciones en este campo contribuirán seguramente a esclarecer
aspectos que hoy no están bien delimitados.
Aspectos éticos
El
interés que se ha centrado en lo que algunos consideran la "revolución de
la medicina regenerativa”, tiene su base fundamentalmente en los nuevos
conocimientos acerca de la biología y potencialidades de las células madre para
convertirse en células de diferentes tejidos.
Estos
descubrimientos han creado grandes expectativas sobre la aplicación de la
terapia celular en diferentes enfermedades, lo que en ocasiones ha llevado a
exageraciones que han opacado la realidad en cuando al uso de las células
madre.
Todo este
ambiente ha desencadenado un amplio y con frecuencia apasionado debate ético,
en que se ha incluido como tema sobresaliente las fuentes de células madre,
haciéndose gran énfasis en la obtención y uso de las embrionarias, y en
el tipo de célula madre que pudiera ser la mejor opción terapéutica. La
principal polémica gira alrededor de las células madre embrionarias y el empleo
de embriones humanos. Acerca de las fuentes de células madre, se puede afirmar
que la aplicación de las células madre adultas se ha ido incrementando, en
particular de las provenientes de la médula ósea, con las que se han conseguido
resultados muy alentadores.
Estas
células pueden extraerse directamente de la médula ósea, de la sangre
periférica a la que se han movilizado previamente mediante el uso de factores
estimuladores del crecimiento, como es el factor estimulador de colonias
granulocíticas, y también pueden ser colectadas de la sangre del cordón
umbilical del recién nacido. Recientemente se han conseguido resultados también
prometedores con las células madre provenientes del tejido adiposo extraído mediante
liposucción.14
En estos
casos, las restricciones éticas son las que habitualmente se emplean en los
ensayos clínicos, y que incluyen el consentimiento informado del paciente
donante/receptor de las células, que por ser antólogas, no presentan las desventajas
de las alogénicas. En los menores de edad, el consentimiento informado debe ser
firmado por los padres o tutores y también ese consentimiento debe ser emitido
cuando se extraiga sangre del cordón umbilical y firmado por la madre del
recién nacido o por ambos padres, según se regule. En todas estas situaciones,
se explica a los signatarios del documento los posibles beneficios y riesgos
del proceder, lo que debe quedar bien detallado en el texto que se debe firmar.
Para la
aplicación clínica el protocolo, debe estar previamente aprobado por el Comité
de Ética de la institución donde se ejecutará, de forma tal que el
procedimiento esté completamente avalado por criterios éticos y científicos y
se garantice el cumplimiento de los principios éticos estipulados en la
Declaración de Helsinki para la investigación en seres humanos.
La
obtención de células fetales implica los problemas relacionados con el uso de
tejidos fetales para fines de investigación o de tratamiento.15-17 En este campo se contempla la utilización de fetos
abortados espontáneamente yel empleo de los resultantes de abortos
voluntarios.
Aparentemente
no hay contradicciones manifiestas sobre el uso de fetos humanos procedentes de
un aborto espontáneo que no se ha podido evitar, pero frecuentemente estos no
se pueden utilizar, pues han permanecido muertos por varios días antes de ser
abortados y generalmente sus células ya no son viables.17
En el
caso de los abortos voluntarios, la opinión es que se tomen las medidas
indispensables para evitar que los abortos se hagan con la finalidad de
proporcionar material para la investigación o con fines terapéuticos. Así se
han relacionado varias situaciones que de existir al menos una de ellas, harían
inaceptable la utilización del tejido fetal. Entre estas tenemos las
siguientes:
- La madre no otorgó la correspondiente autorización.
- La petición del consentimiento a la madre es anterior a la decisión irrevocable de interrumpir el embarazo.
- La embarazada tiene alguna relación con el posible beneficiario del tratamiento.
- La mujer recibirá alguna compensación o beneficio al dar el consentimiento.
- El aborto ha sido programado en función del uso posterior del tejido fetal.
- La posibilidad de que el feto sea usado como donante ha impedido de alguna manera que la mujer revocase su decisión de abortar.
Aquí las
opiniones están divididas entre aquellos que no ponen objeciones para la
utilización del material fetal si se cumplen las restricciones establecidas y
los que de todas formas se oponen a su uso. Se ha expuesto que aprobar el
aborto voluntario equivale a una autorización para privar de la vida a un ser
humano, y que esto es éticamente inaceptable.
En cuanto
a las células madre procedentes de tumores de células germinales, estas se han
utilizado con éxito en algunos estudios in vitro y en modelos animales
sin que al parecer se hayan planteado problemas éticos.9,14 Ante el incremento de las investigaciones con
células madre embrionarias, seguramente el empleo de las células madre
procedentes de teratomas y teratocarcinomas debe disminuir.
Sin
embargo, se debe destacar que el aspecto ético más discutido es el relacionado
con la obtención de las células embrionarias humanas, pues esto significaría
acabar con la vida de los embriones de los que se obtengan las células.13 Estos embriones pueden tener distintas
procedencias; con mayor frecuencia son embriones sobrantes de fertilizaciones in
vitro como procedimiento para la reproducción asistida, pero también
pudieran ser embriones obtenidos in vitro con la única finalidad
de experimentar con ellos o bien creados por clonación, proceso que corresponde
a lo que se ha denominado “clonación terapéutica”, en oposición a la llamada
“clonación reproductiva”, cuyo objetivo es crear un embrión para la obtención
de un ser humano.15
La
obtención in vitro de embriones con el solo fin de la investigación, se
ha juzgado por algunos como éticamente inaceptable.18 y el tema de la clonación humana se mantiene en
gran discusión y con opiniones divididas entre los que se oponen a cualquier
tipo de clonación humana y aquellos que aceptan solamente la “clonación
terapéutica” con rechazo de la “reproductiva”, criterio este último que ha ido
ganando progresivamente mayor apoyo de la comunidad científica.
El
argumento más fuerte que se emplea en contra de la obtención de células
embrionarias humanas, es que esa produce el sacrificio de muchos
embriones, y para aquellos que consideran que la vida comienza en el mismo
momento de la unión del espermatozoide con el óvulo, esa acción no sería
justificable, pues equivaldría a la destrucción de vidas humanas.
En contra
de ese criterio se señala que no está claro que la vida de un individuo se
inicie en el instante de la fecundación, por lo que es discutible que la
individualidad comience con la fecundación. Esto ha hecho que algunos estimen
que es a partir de la implantación del embrión en que hay vida humana y es el
período a partir del cual el embrión puede considerarse un ser humano. También
se ha indicado que los embriones de baja calidad nunca serán seleccionados para
la implantación y están de acuerdo con el uso del preembrión para salvar vidas
mediante la investigación o de la terapéutica.19
En fecha
reciente se ha logrado la obtención de células madre embrionarias que se han
llamado “células madre éticas”, sugiriéndose que con este nuevo método se
eliminaría el dilema ético de la destrucción de embriones, pues las células
madre embrionarias se podían procesar a partir de una sola blastómera que se
extrajera de un preembrión en fase tan temprana como el representado por una
estructura de 8 blastómeras, sin que se afectara el desarrollo potencial del
embrión.20,21
No
obstante, rápidamente se hicieron fuertes críticas reprochando a los autores de
exagerar los resultados, pues estos eran preliminares, y la eficiencia del
método fue muy baja, pues de 16 embriones se usaron 91 células y solo se
crearon 2 líneas celulares (alrededor del 2 %). Además, no se puede asegurar
que la biopsia para la extracción de la blastómera no afecte al embrión y también
se comentó que este trabajo forma parte de campañas dirigidas a conseguir
fondos públicos para la investigación, y que en realidad no resuelve el
problema ético creado por el uso de embriones para terapia regenerativa.22-24
Por otro
lado, algunos investigadores calificaron el trabajo como interesante pero
preliminar, y otros señalaron que es posible que con este método se resuelvan
las preocupaciones éticas actuales relacionadas con la destrucción de embriones
humanos.
En
oposición, científicos de países en que es legal la producción de líneas de
células madre embrionarias a partir de embriones sobrantes obtenidos por los
procedimientos de fertilización in vitro, objetaron la idea de hacer
investigaciones solo para evadir restricciones más bien políticas, y señalaron
que es más ético trabajar con embriones que de todas formas se van a destruir.23,25
Por lo
tanto, las llamadas “células madre éticas” son aún un tema
extraordinariamente polémico.
La
partenogénesis es otro método que también se ha propuesto para la obtención de
células madre embrionarias y que puede contribuir a solucionar los problemas
éticos actuales creados por la destrucción de embriones humanos.26 Con esta técnica lo que se hace es activar el
óvulo mediante estímulos químicos o físicos para obtener un embrión que se ha
llamado embrión partenogénico. El producto de este proceder no es un verdadero
embrión, pues no llega a desarrollarse a término, razón por lo que se ha
denominado “mola” o “huevo huero”.22 De
este producto artificial sería posible aislar células madre embrionarias que
por provenir de una estructura que no es un verdadero embrión, no tendrían las
implicaciones éticas que se argumentan con el uso de embriones.
Otro
punto para el análisis ético es el de la producción de líneas de células madre
embrionarias humanas. En este sentido, nadie acepta que se pague a quien dona
los embriones para investigación, pero hay empresas que parecen estar
dispuestas a registrar, patentar y comercializar esas líneas celulares. Este es
un tópico sobre el cual surgirán, si no existen ya, muchas contradicciones
desde el punto de vista ético, pues no es razonable que embriones donados para
fines médicos, se lleguen a convertir en productos biológicos comercializables
que por otra parte, por razones más bien financieras, no llegarían a todos los
que los necesitan.
Sobre qué
tipo de célula madre, adulta o embrionaria pudiera ser la mejor opción
terapéutica, se ha analizado que una buena razón para priorizar por el momento
la aplicación de las células madre adultas, es que ya se conoce que estas se
han podido cultivar in vitro con un buen rendimiento, han evidenciado
una versatilidad hasta hace poco insospechada y su aplicación terapéutica ha
aportado resultados prometedores, además de que no presentan problemas éticos.
Por supuesto, esto no excluye continuar las investigaciones sobre las células
madre embrionarias, que a la luz de los conocimientos actuales, están aún en
fases preliminares.
Además,
las células de la médula ósea autóloga no están sometidas al sistema de
propiedad intelectual, pues pertenecen al propio paciente y se considera un
deber médico demostrar si realmente son eficaces o no en la terapia celular
regenerativa, pues al igual que se ha argumentado en relación con las cardiopatías,
sería una verdadera pena si su eficacia no fuera ampliamente investigada y por
esta razón, se limitaran los beneficios que podrían recibir muchos enfermos.27
Según han
ido aumentando los conocimientos, han ido también apareciendo muchas
interrogantes, entre estas algunas preocupaciones éticas, en gran parte aún sin
respuesta, pero que seguramente la tendrán en un futuro no lejano, de forma tal
que se pueda definir el método más apropiado de terapia celular regenerativa y
el verdadero sitio que ella debe ocupar en la práctica de la medicina actual en
condiciones éticas incuestionables.
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